Aunque muy poca gente lo sabía, estuve afiliado a un partido político durante nueve meses (menudo embarazo). Fue, en aquel entonces, en un nuevo partido que se presentaba por primera vez a las elecciones y que decía, y dice, no ser de derechas ni de izquierdas.
Soy incapaz de dejar que otros decidan que es lo que pienso, así que la cosa, debí darme cuenta, no podía acabar bien.
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